En los motores de combustión interna, la oxidación puede presentarse cuando el azufre que tienen los combustibles de menor calidad se mezcla con el agua y la humedad de la gasolina, lo que a su vez provoca la formación de ácido sulfúrico, un líquido altamente corrosivo. El agua repele el aceite lubricante del motor, que reduce la fricción generada por el movimiento de las piezas metálicas y evita que la humedad las oxide.
Para evitar que este problema afecte la vida útil del motor, en Jetz App le compartimos algunas prácticas de mantenimiento preventivo que le permitirán ofrecer el mejor servicio a sus clientes:
Realice una limpieza periódica del motor: Elimine la grasa que se acumula en las piezas metálicas; sacuda los residuos y el polvo y seque la humedad procedente del agua del combustible.
Elija los productos adecuados: Los lubricantes con aditivos contra la corrosión son los más efectivos, ya que tienen propiedades detergentes y dispersoras que mantienen limpio el motor y evitan que el agua se acumule dentro de él.
Recuerde que es importante reemplazar el lubricante a tiempo, para que sus cualidades protectoras y repelentes de la humedad no se pierdan.
La importancia del anticongelante: El aumento de la temperatura también puede provocar la formación de óxido, por lo que el líquido refrigerante es esencial para prevenir incrustaciones en las piezas.
Adicionalmente, le recomendamos utilizar un líquido inhibidor de corrosión, el cual forma una capa protectora de todos los componentes relacionados con el sistema de enfriamiento. También evita la acumulación de sarro y otros minerales que provocan sobrecalentamiento del motor y daños en el vehículo.