Incluso con los continuos cambios tecnológicos en los automóviles, la pequeña y poderosa bujía siempre ha sido una gran pieza del rompecabezas. Ya sea que los motores de uno u ocho cilindros, de un árbol de levas o de cuatro, con carburador o con inyección de combustible, la bujía será relevante.
Las bujías varían de muchas maneras, desde el tamaño o el alcance hasta el rango de calor e incluso en el diseño de los electrodos. Utilizan cerámica como aislante, lo que ayuda a controlar el calor y evita que la chispa eléctrica se apague.
Los fabricantes especifican qué bujía usar en cada aplicación de motor. La característica más común de una bujía tiene que ver con los tipos de metal utilizados:
Bujías de platino. Son similares a los enchufes de cobre, pero el electrodo central utiliza platino. Son más duraderas y permiten una vida útil más larga.
Bujías de cobre. Cuentan con un electrodo central que tiene un núcleo de cobre recubierto con una aleación de níquel. Estos son económicos, pero no se emplean mucho en la actualidad, ya que no son muy duraderas.
Bujías de iridio. Son de mayor duración y son más resistentes al calor que el platino. Estas bujías también usan un electrodo central pequeño, que requiere menos voltaje para generar una chispa constante.
Bujías de rutenio. Este es uno de los metales preciosos más nuevos que se utilizan en las bujías. Afirman una mayor durabilidad sobre el iridio, pero tienen un precio más alto.